Biodiversidad y humanidad: una relación inseparable

En el mundo empresarial, hemos permitido que hablar de biodiversidad sea un tema lejano o incluso ajeno a los intereses operativos. Sin embargo, es esta la base sobre la cual se sostiene la economía, la salud y el bienestar de todas las sociedades. Permitir que se afecte provoca que los impactos lleguen más rápido de lo que creemos.

Biodiversidad: motor silencioso de la economía

La biodiversidad no es solo un concepto ecológico, es un acto económico. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) estima que los ecosistemas naturales proporcionan servicios valorados en más de 125 billones de dólares anuales. Estos servicios incluyen desde la polinización de cultivos, hasta la regulación del clima y la calidad del agua.

Las empresas, especialmente en sectores como agricultura, alimentación, bebidas, cosmética y farmaceútica, dependen directamente de recursos naturales diversos. La pérdida de biodiversidad significa menos resiliencia frente a eventos extremos, menos recursos y más incertidumbre operativa.

Impacto sobre la seguridad alimentaria y el agua

En Colombia, más del 70% del agua proviene de ecosistemas estratégicos como los páramos y bosques andinos. Cuando estos ecosistemas se degradan, la disponibilidad y calidad del agua para consumo humano industrial disminuye considerablemente. Según el IDEAM, al menos el 50% del territorio nacional está en riesgo de desabastecimiento hídrico.

Salud humana: otra víctima silenciosa

El 80% de la población mundial depende de plantas medicinales. Cada vez que nosotros los humanos permitimos que un ecosistema desaparezca, perdemos la posibilidad de encontrar nuevas soluciones a enfermedades, desarrollar medicamentos o prevenir epidemias. Además la pérdida de hábitats naturales favorece el contacto directo entre fauna silvestre y humanos, lo que aumenta el riesgo de aparición de enfermedades zoonóticas, como lo han demostrado recientes pandemias. Mejor dicho, la salud del planeta es directamente proporcional a la salud humana. 

Sabiendo esto, ¿vamos a seguir en un día a día lleno de trabajo y cosas por hacer sin pensar en lo que está pasando con nuestros ecosistemas? Debemos crear consciencia, y velar por un bienestar conjunto.

    ¿Qué pueden hacer las empresas?

    Aquí es donde entramos directamente nosotros. Estamos seguros que las empresas pueden ser protagonistas del cambio siempre y cuando adopten una visión ambiental estratégica y alineada a sus objetivos de negocio. 

    Ayudamos a las organizaciones a:

    • Diseñar e implementar planes de manejo medio ambiental (PMMA), para mitigar y prevenir impactos negativos sobre los ecosistemas. En lugar de reaccionar ante un problema, se anticipan los riesgos y se plantean soluciones específicas. Esto puede incluir, por ejemplo, planes de contingencia para derrames, programas de conservación de flora y fauna, o medidas para reducir emisiones y residuos. 
    • Desarrollar proyectos de reforestación y restauración ecológica, que contribuyan a recuperar hábitats y a proteger especies nativas.  Reforestar no es simplemente sembrar árboles. Es entender qué especies deben sembrarse, en qué condiciones, con qué propósito y con qué seguimiento
    • Cumplir con la normativa ambiental vigente. Las leyes ambientales evolucionan constantemente, y no cumplir con ellas puede traducirse en sanciones, retrasos operativos o incluso la suspensión de actividades.
    • Asesorar estrategias de sostenibilidad empresarial, alineadas con estándares internacionales como los Objetivos de Desarrollo Sostenible y criterios ESG.  La sostenibilidad ya no es un discurso, es una exigencia de clientes, aliados e inversionistas. 

    Beneficios de actuar a tiempo

    Las empresas que entienden el valor de la biodiversidad y actúan para protegerla, se unen a prácticas responsables y además:

    • Mejoran su reputación frente a consumidores e inversionistas.
    • Disminuyen el riesgo de sanciones o bloqueos regulatorios.
    • Acceden más fácilmente a mercados que tengan exigencias ambientales.
    • Generan confianza y valor compartido en cada una de sus comunidades.
    • Aumentan su competitividad con prácticas realmente sostenibles.

    Proteger la biodiversidad es proteger tu negocio

    El mensaje es claro y directo: si la biodiversidad sufre, la humanidad también, y por ahí derecho la sostenibilidad empresarial tambalea. La pérdida de ecosistemas nos afecta a todos, no solo a la fauna o a los árboles. 

    ¿Te gustaría contribuir a esto también?


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